T, de tregua.

    Pocas veces deja de fascinarme ese extraño y oscuro modo que tenemos de rompernos, esas líneas y límites que tratan de recordarnos lo frágiles que somos.
    Pocas veces puedo lograr no quedar hipnotizada ante lo hermoso que es hacer el amor, lo fácil que suena ese cliché y lo chic que parece el color amarillo. Y casi nunca puedo olvidar lo extraño que es quedar muerta por una mirada o unas palabras que no me importan en absoluto.
    Pocas veces deja de ser absolutamente maravillosa esa capacidad de ser tan transparente y vulnerable y, aún así, sentirme tan fuerte.
    Pocas veces puedo alejarme del miraculo que es la decadencia y los jamases, de lo preciosas que son las lágrimas. Casi nunca puedo huir de las llamas que se apagan lentamente, de los deseos que te atrapan, te toman y vuelas.
   Pocas ocasiones han habido en las que levantara la mirada hacia un desastre o una pelea y no tuviese ganas de desgarrarme la voz ante tal tragedia. Y sólo he podido mirar y luego llorar acurrucada en la cama, sin desconsuelo alguno por no haber sido más valiente. Por haberme parecido algo tan hermoso la sucia batalla entre polos que se creen muy opuestos.
   Asumo, no sin un montón de pésame, que no soy buena. Que no me molesta ver al mundo girar y caer, que me molesta no poder hacer nada. Y afirmo, no sin sentirme mal por ello, que, en el fondo, no hay nada que me haga sentir más viva que ver como las cosas terminan. Que me fascinan las grietas.
    Hagamos una tregua, dejadme respirar. Y yo a cambio os digo cuánto os quiero, pero necesito libertad.

3 comentarios:

  1. Me encanta la manera que tienes de escribir..

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  2. Me ha encantado!
    "Que no me molesta ver al mundo girar y caer, que me molesta no poder hacer nada." Conozco ese sentimiento de impotencia :/
    Un beso^^

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